El busto del general Juan José Valle en el tallerdel escultor ituzainguense Alberto Michenzi,
apenas un rato antes de salir a su destino final
en la Escuela de Ingenieros en Campo de Mayo.
Un 12 de abril de 2007 el general Juan José Valle volvió al Ejército,del que nadie debió haberlo sacado por la fuerza.
Por supuesto que hizo falta la complicidad de San Pedro para
que el clima sirviera de marco para un homenaje que tardó
muchos años en llegar.
El escultor Michenzi con Soledad Perusset Valle, única nietadel general Valle. (Es la única hija de Susana que fue la única hija
del héroe durante tantos años olvidado).
Acompaña en la foto Matías, único nieto de Juan José
Edit Esther Valle (sobrina nieta del general) se abraza con Soledad.Foto única de un encuentro inesperado.
¡Tantas cosas para charlar de ahora en más!Las únicas descendientes del general que se le plantó a Aramburu
y fue fusilado en 1956 a consecuencia de este acto.
El Jefe del Ejército resaltó el heroísmo de Valle recordandoel último diálogo que tuvo con su hija Susana:
“¿Quién te ha condenado, papá?” Y el General respondió:
“Quisiera que nunca lo supieras para que tu corazón no odiara jamás”.
“¿Por qué te entregaste?” Le preguntó Susana,
“Porque no podía mirar con honor a las esposas y madres de mis
soldados asesinados”. Las últimas palabras del General Valle fueron:
“Ruego a Dios que mi sangre sirva para unir a los argentinos. Viva la Patria.”
El momento ha llegado: Soledad (su única nieta) y el general Bendinidescubren el busto del general Juan José Valle.
A Soledad se la nota una mujer dura, curtida, sin embargo no pudoni quiso contener la emoción frente a su abuelo
(al que no conoció personalmente) pero admira desde siempre.
Tal vez el único dirigente político de peso, Lorenzo Pepe en primera fila.Atrás el director del Museo de Ituzaingó, Rolando Goyaud es saludado por el gral. Bendini.
Se notó durante todo el acto que no era solamente el homenajea un militar caído en cumplimiento de su deber.

Brion es abrazado por Bendini momentos antes que el general recibierade sus manos el sable que el primero custodió durante tantos años y que
perteneciera ni más ni menos que al general Juan José Valle.
Matías (el nieto de Valle) ayuda al general Bendini a colocar el sable del héroeen su lugar definitivo. Mientras mamá Soledad emocionada mira la escena.
Después de tantas décadas de paciente y anhelada espera, finalmenteBrion descansa, ahora relajado. El sable volvió a su hogar.








